DÍA DEL LIBRO

Hay gente que nace para contar historias. Algunos las escriben en su Instagram, otros se las cuentan a los vecinos del bar donde toman café. Algunos se las explican a sus alumnos en clase, o se las cuentan a sus hijos antes de dormir. Algunas de estas historias se pierden en el aire. Pero otras, quedan para siempre en la memoria colectiva. Feliz día del libro.

El 12 de noviembre de 1929 nace en Alemania el pequeño Michael. Por supuesto, nadie a su alrededor intuía que se convertiría en uno de los mayores escritores de la historia. Y que sus cuentos llenarían miles de librerías, bibliotecas, estanterías y, sobre todo, mesillas de noche. Pero no nos adelantemos.

Hijo único de un pintor y una fisioterapeuta, su infancia estuvo marcada por el ambiente artístico y bohemio. ​Comenzó a escribir relatos de corte infantil y juvenil a principios de los 50, mientras trabajaba como actor, guionista de espectáculos de cabaret y como escritor de críticas cinematográficas. Logró popularidad en su país con obras para público infantil, pero su gran éxito no llegaría hasta años más tarde.

A mi me fascina leer cuentos, pero no hay nada que me guste más que saber los «cuentos de los cuentos». Conocer cómo surge la inspiración, cómo y cuando suceden las buenas ideas, dónde nacen las grandes historias. A veces, es simplemente «trabajo de escritor». Pero muchas otras es fantasía pura.

Una mujer sin trabajo, pasando un mala situación económica y familiar, esperando en la estación a un tren que llega con retraso, cruza su mirada con un niño de gafas redondas y negras. Y pum! la magia se hace, y en su cabeza empieza a vivir el mismísimo Harry Potter.

Un hombre, un verano cualquiera, se acerca a su hijastro de 12 años que acababa de pintar un mapa con sus acuarelas. Es el mapa de una isla y el escritor no puede aguantar su afán por contar historias y comienza a darle nombre a los lugares del dibujo.  Y mientras, va inventando que hay un tesoro enterrado, unos piratas, una isla llamada Esqueleto que oculta algunos secretos… Al terminar la tarde escribe en una esquina del papel: La isla del Tesoro. Wow!

La historia de cómo Michael escribió su novela más famosa, también es un buen cuento. Comienza en febrero de 1977 con la visita de su editor Hansjörg Weitbrecht a su casa en Genzano. Tan pronto como se aborda el tema del siguiente libro a publicar, Michael empieza a hurgar en una caja de zapatos y a pensar en un montón de ideas. En un pedazo de papel, escribe el siguiente resumen: «Un niño toma un libro, se encuentra literalmente dentro de la historia y tiene problemas para salir». ¿En serio? ¿Así de simple? Pues parece que si. Así que Michael promete entregar el manuscrito antes de Navidad. Asume que el proyecto será sencillo, y en privado se pregunta cómo puede estirar el material para llenar un centenar de páginas. Lo fácil se convierte en difícil.

Pero la historia del nuevo libro crece ante la sorpresa de su escritor. En poco tiempo está al teléfono con su editor, solicitando una prórroga del plazo. El libro será algo más largo de lo esperado, pero lo entregará en primavera. Sin embargo, tampoco será así. El libro, le dice a su editor, aún no está completo. El joven protagonista se niega a salir de Fantasía, y es su deber como autor seguirle en sus viajes.

La lucha de Michael para escapar del mundo que había creado se vuelve cada vez más intensa. Es una cuestión de supervivencia literaria. A menos que Michael pueda encontrar una manera de salir de Fantasía, su protagonista quedará atrapado en su interior para siempre. Qué locura más maravillosa, no? Que el propio autor esté tan entregado a su historia que le cueste salir de ella.

Al final del año, incluso las circunstancias ambientales parecen conspirar contra él. El invierno es uno de los más fríos que se recuerdan. La nieve cae en las colinas y la temperatura baja a menos diez grados. Con el hielo obstruyendo las tuberías de su casa y envuelto en mantas húmedas, Michael Ende sigue trabajando.

A pesar de todos los impedimentos, por fin, encuentra una solución: ÁURYN, la gema, será la manera de salir de Fantasía.

Y así, ​dos años después de su comienzo, el 1 de septiembre de 1979, se publica por primera vez La historia interminable.

Y como las grandes historias, después vendrían muchísimas más ediciones, adaptaciones al cine, musicales, juegos, y un sin fin de aplicaciones gráficas. Una historia inventada en el sofá de una casa en 5 minutos ha llenado los corazones de niños y niñas de todo el mundo.

Los cuentos, queridos amigos, nos rodean todos los días: cuando vas a la estación del metro, en la panadería de tu barrio o en la cola del super. Si abres bien los ojos, puedes encontrar historias alucinantes a la vuelta de la esquina.

Otras, las puedes encontrar en esas maravillas llamadas libros. Regalos que nos hacen los que viven con la mirada abierta y saben poner palabras a la magia.

Feliz día del libro, amiguis.

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